Esenciales de la lactancia: Cuidado de los senos y alivio del dolor
Aprende técnicas de agarre, posturas y consejos para prevenir fisuras, dolor y disfrutar de una lactancia exitosa.
Tu hijo no necesita de ningún equipo en particular a la hora de la lactancia porque tus senos siempre están "listos para usarse", no importa el lugar y momento. Sin embargo, es importante que sepas cómo cuidar y evitar el dolor de tus senos durante la lactancia.
¿Cómo evitar dolores y fisuras durante la lactancia?
A veces, amamantar no resulta tan fácil al principio, y eso por eso que te comparto estos consejos para evitar dolor y fisuras en los pechos, y así poder tener una lactancia exitosa.
- Un buen agarre: Este es el punto clave del éxito. Un buen agarre significa que el pezón y casi toda la areola se encuentren dentro de la boca del bebé. Sus labios se ven hacia afuera y su barbilla debe tocar el pecho.
- Prueba diferentes posturas: Si tu bebé te está lastimando, intenta cambiar de postura. Existen varias, entre ellas está la de cuna, la de cuna cruzada, la de balón de americano y la acostada.
- Tu leche es la mejor cura: La leche materna tiene propiedades curativas. Después de cada toma exprime una gota de leche y úntala alrededor de tu pezón, después déjala que se seque. Intenta quedarte un rato con el pecho al aire.
- Utiliza protectores suaves: Usa unos protectores que sean reusables o desechables entre tu sujetador y tu pecho. Esto ayudará a que la fricción de tu piel con la tela no te siga lastimando y la herida se cierre más rápido.
La lactancia no debe de doler de manera continua, ni en el pezón, ni en la areola o cualquier otra parte del seno, antes, durante o después de la toma. Si tienes dolor al amamantar, es importante que acudas a la brevedad con un profesional de la salud capacitado en lactancia o a una asesora de lactancia, para que revisen la causa del dolor.
Cuanto antes sea revisada y atendida la causa del dolor, más rápido se podrá llegar a una solución que no permita que interrumpas tu lactancia.
Cuidado de tus senos durante la lactancia
Durante la lactancia materna ciertos artículos pueden ser muy útiles en tu día a día con el fin de ayudarte a cuidar de tus senos y hacer que la lactancia materna sea más práctica. ¿Quieres conocer más detalles?
Bra de lactancia
Contrario a la creencia popular, la lactancia materna no tiene necesariamente un efecto perjudicial en tus senos. Un pecho con buen sostén, ¡no perderá nada de su atractivo! Pero eso sí, es importante que inviertas (o pidas de regalo) un par de brasieres de lactancia (con dos siempre tendrás uno de repuesto), los que proporcionan excelente soporte para tus senos que aumentarán de tamaño.
Otra ventaja es que, por lo general, se abren de enfrente, lo que te facilita acceder a tus pechos sin tener que quitar demasiada ropa cada vez que alimentes a tu bebé.
Nuestros consejos para comprar un bra de lactancia:
- Si lo compras antes del parto, mejor espera hasta que estés en tu tercer trimestre de embarazo, así les darás la oportunidad a tus senos de crecer al máximo tamaño que muy probablemente alcanzarán (aun después del parto).
- Si lo compras después del nacimiento, ya una vez que la leche ha bajado (esto se aplica en el primer caso también), busca el tamaño adecuado, recuerda medirte y tener en cuenta que probablemente aumentarás una talla (es decir, de copa B a C). Busca tiendas donde puedas probarte el sostén para verificar que no te apriete en la espalda o que no te brinde el soporte que necesitas.
- Algunos modelos no tienen varillas, mientras que otros cuentan con varillas flexibles. Realmente es tu elección, lo importante, por supuesto, es que te sientas lo más cómoda.
- Opta por un sujetador de algodón porque será más suave tanto para ti como para la piel del bebé. Además, los de este material son más resistentes y se pueden lavar a altas temperaturas para una máxima higiene. Hay algunos modelos muy atractivos y prácticos, también existen los de tejidos sintéticos, sin embargo, depende de si eres o no sensible a la fricción de ciertas telas. Depende mucho de tu piel y de tus gustos.
- Busca tirantes anchos, especialmente si tus pechos crecieron más de dos copas (por ejemplo, antes eras A y ahora estás en C) porque requieres de un soporte más eficaz.
- Presta especial atención a cómo se abre la copa, ¡debe ser lo más fácil del mundo! Tómalo en cuenta porque piensa que necesitarás una gran destreza para alimentar a tu bebé ¡abriendo el broche con sólo una mano!
Unos tips extras:
- Compra un sostén blanco y uno negro porque se verá discreto bajo una camisa blanca o un top negro.
- Puedes usar tu bra tanto de día como de noche, especialmente al principio. Por lo tanto, ¡la comodidad es de suma importancia!
- Hoy en día, ya hay modelos muy bonitos en el mercado. Sólo porque estás amamantando, no significa que tu bra deba ser 100% simple y funcional.
Protectores de lactancia
Estos discos redondos y suaves recogen el exceso de leche que tus senos producen durante las primeras semanas. Son muy útiles para evitar manchas en la ropa que aparecen entre las tomas.
Cámbialas con regularidad para evitar que tus pezones se mantengan húmedos, lo que puede conducir a dolorosas fisuras. Puedes elegir entre dos tipos, dependiendo de si los cambias rápidamente o no: desechables y lavables. Trata de tener siempre unos a la mano para que estés tranquila.
Copas recolectoras de Leche Materna
Sirven básicamente al mismo propósito que los protectores (para recoger el goteo de leche entre las tomas) pero son más rígidos y gruesos. Por lo tanto, estimulan tus senos constantemente, aunque si ya tienes almacenada mucha leche, mejor evita su uso, ya que sólo aumentarán la producción de leche y la congestión en los pechos. Tampoco son recomendables si sufres de grietas en los pezones porque debes mantener el área afectada lo más seca posible.
Sin embargo, ofrecen dos ventajas: para las mujeres con pezones hipersensibles, evitan el contacto directo entre el pezón y el sujetador o protector de lactancia. En segundo lugar, pueden ser empleados por las mujeres con pezones malformados o planos para ayudar a la formación del pezón; en este caso, deben ser usados durante las últimas etapas del embarazo. Pregúntale a tu ginecólogo sobre el tema.
Ropa cómoda para ti
¡La lactancia materna también tiene su estilo! No hay necesidad de desterrar tus tops favoritos de tu armario sólo porque estás amamantando (ellos esperarán hasta que puedas usarlos de nuevo).
Al principio, sólo estarás buscando la solución más práctica y querrás las camisetas especialmente diseñadas para este fin, como las que se abren en el pecho (porque sin duda tienen sus ventajas). Piensa luego en pasar a las camisas que se desabrochan (especialmente práctica para la lactancia materna en público sin exponer tu estómago). En términos generales, elige ropa cómoda que sea fácil de lavar y suave al tacto.
¡No olvides limpiar las encías de tu bebé, aunque todavía no le hayan salido los dientes!
Sí. Así como la higiene de un recién nacido es importante por fuera, la higiene oral para tu bebé debe de estar presente incluso aunque no tenga dientes. Es una buena técnica crear el hábito de limpiar sus encías con una gaza o un pedazo de tela húmeda durante la hora del baño o después de cada toma de leche. Sólo rodea tu dedo índice con la gasa o el trozo de tela y frótalo con cuidado en las encías de tu bebé.
No es necesario que utilices pasta de dientes o ningún otro producto para limpiar las encías de tu bebé, tampoco ningún tipo de cepillo. En caso de no sentirte cómoda con la gasa, existen productos de plástico diseñados especialmente para limpiar las encías de tu bebé además de tener texturas que masajean, dejando una buena sensación después de cada sesión de limpieza.
Las bacterias que se forman en la boca de tu bebé por lo regular no provocan un daño en las encías, pero nunca está de más tomar medidas de prevención antes de que le salgan los dientes ya que las caries es uno de los padecimientos más común en los niños cuando comienzan a crecer.
Acostumbrar a tu bebé a tener la boca limpia como parte de su rutina diaria facilita la transición al cepillado dental más adelante cuando comienzan a salir sus dientes.
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